miércoles, 22 de mayo de 2013

Monsanto y los transgénicos en México

 Los transgénicos no solucionan el hambre. Los transgénicos no producen más ni otorgan a los pueblos soberanía alimentaria.
Greenpeace
Javier López Osorio
Dentro de un inquietante panorama mundial y nacional, de una mala distribución de los alimentos (sí, un problema de distribución, no de escasez) que viene produciendo escenarios de hambruna, los gobiernos en turno no atinan a considerar seriamente el problema, destinando cuantiosos recursos a mantener la dependencia alimentaria y dar paliativos cortoplacistas a una situación estructural de abandono al campo mexicano en un contexto histórico (por ser una acción neoliberal concertada con los grandes monopolios) que ha propiciado la pérdida de nuestra soberanía alimentaria. Nos encontramos con el nulo control gubernamental de la siembra, comercialización y consumo de organismos genéticamente modificados (OGM) o más comúnmente conocidos como transgénicos.

La denuncia y la lucha han sido arduas, llevadas a cabo por organismos ciudadanos de todo el mundo, y México va tomando una amplia conciencia ciudadana sobre el problema, existe una alerta a través de un sinnúmero de publicaciones sobre el caso complejo que envuelve esta biotecnología que, más que una solución, se ha demostrado lo pernicioso de su ocupación.



Diversos estudios han difundido aspectos concretos sobre empresas comercializadoras de semillas y paquetes tecnológicos: siembra, transformación y venta de estos organismos perniciosos; también se cuenta con gran información sobre daños al medio ambiente, en la biodiversidad y variabilidad genética, en la biología y ecología de diversas plantas nativas, entre otros problemas detectados.

En esa información se da cuenta de cuestiones verdaderamente escalofriantes para el devenir nacional con la liberación al ambiente de estos organismos modificados, afectando la biodiversidad y los ecosistemas, no menos alarmante que aquella que señala una variedad de sustancias que usan en sus procesos varios tipos de OGM y cuyo destino es el consumo humano y el ambiente. Asimismo se tiene una lista preliminar de las marcas y productos transgénicos que se consumen en el país.

En México, la autoridad sanitaria permite la comercialización para consumo humano de 31 transgénicos de soya, canola, maíz, algodón, papa, jitomate y alfalfa (datos de 2006). Estos ingredientes entran en nuestras dietas sin control alguno y sin nuestro consentimiento expreso. Además de productos industrializados, dentro de los cuales podemos encontrar la siguiente lista de empresas que usan transgénicos en sus productos, estando confirmado con análisis de laboratorio:

1) Maseca, 2) Minsa, 3) La Única, 4) Misión, 5) Milpa Real, y 6) Kellog’s.

Además, de acuerdo con Greenpeace, existe una larga lista de empresas que no han garantizado que algunos de sus alimentos procesados no contengan OGM o sus derivados, siendo entre otras:

1) Clemente Jaques, 2) Smucker’s, 3) Del Fuerte, 4) Del Monte, 5) Herdez, 6) Karo, 7) Nestlé, 8) Capullo, 9) Great Value, 10) Helman’s, 11) Knorr, 12) Mafer, 13) Pringles, 14) Sabritas, 15) Danone, 16) Ferrero Rocher, 17) Gamesa, 18) Kinder, 19) Marinela, 20) Bimbo, 21) Jell-o, 22) Macma, 23) Oreo, 24) Nutella, 25) Pronto, 26) Royal, 27) Tres Estrellas, 28) Ades, 29) Del Valle, 30) Florida 7, 31) Fresquibón, 32) Kool Aid, 33) Maizena, 34) Pepsi, 35) Sonrisa, 36) Tang, 37) Holanda, 38) Maizoro, 39) Crecilac, 40) Grupo Modelo, 41) Cervecería Cuauhtémoc, 42) Aurrerá: marcas propias, 43) Comercial Mexicana: marcas propias, 44) Superama: marcas propias, 45) Wall-Mart: marcas propias.

La lista demuestra la alta vulnerabilidad en que nos encontramos los consumidores, no debemos olvidar que el peligro de este tipo de alimentos radica en la alta incertidumbre científica que existe en torno a ellos. Hasta la fecha no existe información confiable al no haberse realizado las pruebas y estudios necesarios para garantizar científicamente que su consumo no tendrá efectos nocivos. La ausencia de datos no significa ausencia de riesgos. El principio precautorio, legalmente establecido, no se ejerce nuevamente.

La experiencia con otras tecnologías nos obliga a tener más cautela. Recordemos los plaguicidas y agrotóxicos que hace 40 años se vendían como solución mágica a diversos problemas rurales y se afirmaba que no entrañaban riesgos ni causaban daños a la salud. Ahora podemos constatar su baja productividad, además de los múltiples daños al medio ambiente y a la salud, por lo que ahora muchas de estas sustancias están prohibidas y retiradas del mercado.

Otra arista de esta batalla se localiza en conquistar que en nuestro, país la autoridad sanitaria, encargada de protegernos contra estos riesgos, realice las investigaciones propias sobre los transgénicos; para autorizar el consumo seguro de estos organismos de forma directa y procesada. Asimismo obtener la información necesaria de cada producto, donde se nos indique el origen de sus ingredientes; los mexicanos tenemos derecho a saber si los alimentos que adquirimos para nuestras familias contienen transgénicos, para que así cada uno decidamos si los comemos o no.

Estos derechos no están garantizado por la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (mejor conocida como Ley Monsanto, con el contubernio de la Sagarpa), que sólo obliga a informar sobre los transgénicos que sean nutrimentalmente distintos de forma significativa. Esta característica es vaga y discutible, por lo que la industria puede usar esta imprecisión legal para evadir su obligación de informar al consumidor.

En resumen, podemos concluir afirmando que Monsanto y sus OGM han tenido una gran contribución a la pérdida de soberanías alimentarias, además debemos recordar que para acabar con el hambre, es necesario un sistema de comercio justo, equitativo y sustentable, y políticas públicas que promuevan la capacidad de cada país de producir y distribuir sus alimentos con justicia e igualdad, fuera de todo atentado previsible en contra de la salud humana y del medio ambiente.



Cabos sueltos

Todos a la protesta mundial contra Monsanto, sábado 25 de mayo 12 horas en la Plaza Morelos.

jloos02@yahoo.com.mx


Fuente:
http://www.cambiodemichoacan.com.mx/editorial.php?id=8171

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